martes, 8 de febrero de 2011

Egipto....

A últimas fechas hemos visto en las noticias gran cantidad de imágenes y videos que nos describen el “movimiento social” que se realiza en Egipto, en teoría podríamos hablar de una movilización social que intenta derrocar una dictadura de ya 30 años en los cuales la desigualdad social se ha incrementado año con año, una lucha justa por igualdad y crecimiento económico para el pueblo egipcio, pero mi pregunta es.. ¿ Estamos hablando realmente de eso?.

Día con día vemos a los noticieros hablar de cómo se pisotean los derechos humanos en ese lugar, ¿pero en México o en cualquier país latinoamericano es distinto?, hablar de la lucha por conseguir democracia.. ¿Democracia?,.. la democracia ha servido de algo en algún lugar, ¿los ideales de democracia se cumplen?,.. Si alguien me contesta que si, le preguntaría yo… ¿en dónde?, o ¿de qué manera?,.. Porque yo vivo en México, y a lo largo de la historia “democrática” de México hemos visto abusos igual o más graves de los que observamos en Egipto, hoy estamos viviendo una militarización del país en una supuesta lucha contra el narcotráfico, que desde mi punto de vista solo es una plataforma de negocios para políticos y empresarios que tienen tentáculos en el negocio de las drogas y de la seguridad privada.

Historia de “pueblos” que se “rebelan” en busca de un “futuro mejor” podemos recordar muchas, y ninguna de las que yo recuerdo a sido benéficas, la que más se asemeja según mi punto de vista es la del derrocamiento del sah de Irán, un gobierno totalitario bajo el cual los derechos humanos no existían, la pobreza y la desigualad reinaban, pero que paso al termino de la revolución, el gobierno entrante se mostro más violento y totalitario que el anterior.
Otros casos, la guerra civil española, al final de la cual se instaura el gobierno de franco, el golpe de estado en chile para quitar a salvador allende, el cual termina con el ascenso al poder de augusto Pinochet, y así podríamos pasarnos toda la tarde (día o noche, según sea el caso), recordando a donde han llevado todas esas pseudo luchas sociales.

Antes que nada deberíamos preguntarnos, ¿Por qué tanta cobertura de medios?, ya se,. “Es un asunto importante”, pero… desde cuando los medios están para mostrarnos cosas importantes y edificantes,. Otra.. “es difícil ocultar la verdad con tanta tecnología al alcance de la gente”,.. Se ha ocultado la verdad sobre la guerra de Irak y Afganistán, se oculta la verdadera cifra de muertos en la supuesta lucha contra el narco, ¿de verdad es muy difícil para los gobiernos ocultar verdades?

¿Quién o quiénes están detrás del “movimiento social” en Egipto?... esa pregunta deberían contestarla las personas que viven el movimiento desde más cerca, que les puedo apostar…, no están en medio de las manifestaciones y protestas, creo que a todos nos ronda el “quien “ por la cabeza, creen que el hecho de que las redes sociales (facebook, tweter, y demás) es mera coincidencia, en fin….

Les dejo un fragmento del 1984 de Orwell, el cual según yo, viene un tanto al caso, y con un video corto, pero para pensarle tantito

“ El acto esencial de la guerra es la destrucción, no forzosamente de vidas humanas, sino de los productos del trabajo. La guerra es una manera de pulverizar o de hundir en el fondo del mar los materiales que en la paz constante podrían emplearse para que las masas gozaran de excesiva comodidad y, con ello, se hicieran a la larga demasiado inteligentes. Aunque las armas no se destruyeran, su fabricación no deja de ser un método conveniente de gastar trabajo sin producir nada que pueda ser consumido. En una fortaleza flotante, por ejemplo, se emplea el trabajo que hubieran dado varios centenares de barcos de carga. Cuando se queda anticuada, y sin haber producido ningún beneficio material para nadie, se construye una nueva fortaleza flotante mediante un enorme acopio de mano de obra. En principio, el esfuerzo de guerra se planea para consumir todo lo que sobre después de haber cubierto unas mínimas necesidades de la población. Este mínimo se calcula siempre en mucho menos de lo necesario, de manera que hay una escasez crónica de casi todos los artículos necesarios para la vida, lo cual se considera como una ventaja. Constituye una táctica deliberada mantener incluso a los grupos favorecidos al borde de la escasez, porque un estado general de escasez aumenta la importancia de los pequeños privilegios y hace que la distinción entre un grupo y otro resulte más evidente. En comparación con el nivel de vida de principios del siglo XX, incluso los miembros del Partido Interior llevan una vida austera y laboriosa. Sin embargo, los pocos lujos que disfrutan - un buen piso, mejores telas, buena calidad del alimento, bebidas y tabaco, dos o tres criados, un auto o un autogiro privado - los colocan en un mundo diferente del de los miembros del Partido Exterior, y estos últimos poseen una ventaja similar en comparación con las masas sumergidas, a las que llamamos «los proles». La atmósfera social es la de una ciudad sitiada, donde la posesión de un trozo de carne de caballo establece la diferencia entre la riqueza y la pobreza. Y, al mismo tiempo, la idea de que se está en guerra, y por tanto en peligro, hace que la entrega de todo el poder a una reducida casta parezca la condición natural e inevitable para sobrevivir.

Se verá que la guerra no sólo realiza la necesaria distinción, sino que la efectúa de un modo aceptable psicológicamente. En principio, sería muy sencillo derrochar el trabajo sobrante construyendo templos y pirámides, abriendo zanjas y volviéndolas a llenar o incluso produciendo inmensas cantidades de bienes y prendiéndoles fuego. Pero esto sólo daría la base económica y no la emotiva para una sociedad jerarquizada. Lo que interesa no es la moral de las masas, cuya actitud no importa mientras se hallen absorbidas por su trabajo, sino la moral del Partido mismo. Se espera que hasta el más humilde de los miembros del Partido sea competente, laborioso e incluso inteligente - siempre dentro de límites reducidos, claro está -, pero siempre es preciso que sea un fanático ignorante y crédulo en el que prevalezca el miedo, el odio, la adulación y una continua sensación orgiástico de triunfo. En otras palabras, es necesario que ese hombre posea la mentalidad típica de la guerra. No importa que haya o no haya guerra y, ya que no es posible una victoria decisiva, tampoco importa si la guerra va bien o mal. Lo único preciso es que exista un estado de guerra. La desintegración de la inteligencia especial que el Partido necesita de sus miembros, y que se logra mucho mejor en una atmósfera de guerra, es ya casi universal, pero se nota con más relieve a medida que subimos en la escala jerárquica. Precisamente es en el Partido Interior donde la histeria bélica y el odio al enemigo son más intensos. Para ejercer bien sus funciones administrativas, se ve obligado con frecuencia el miembro del Partido Interior a saber que esta o aquella noticia de guerra es falsa y puede saber muchas veces que una pretendida guerra o no existe o se está realizando con fines completamente distintos a los declarados. Pero ese conocimiento queda neutralizado fácilmente mediante la técnica del doblepensar. De modo que ningún miembro del Partido Interior vacila ni un solo instante en su creencia mística de que la guerra es una realidad y que terminará victoriosamente con el dominio indiscutible de Oceanía sobre el mundo entero. “

Por su lectura.. mil gracias, se aceptan comentarios y sugerencias.

2 comentarios:

  1. Asi..?? o mas Claro....

    Hay que regar este video....

    Saludos.

    Arcoiris.

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  2. AUCHHHH.... O SEA ME SENTI RANA......CUANTOS MAS SABRAN O SE DARAN CUENTA KE SON RANAS.....



    ZOMBIE :S

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